Recién mientras cocinaba la cena me acordé de Ofelia. Ofe. Así la llamábamos todos. Ofe era uno de esos personajes entrañables que existen en tantas, tantísimas casas. Ofe era la señora que por más 40 años vivió en la casa de mi abuela Tata. Cocinó miles, cientos de miles de recetas para todos en esa casa: desde las papas fritas con huevos frito (favorito de mi abuela) hasta la feijoada brasilera y los mejores canelones de verdura con una salsa blanca que nunca pude replicar. Una brasilera hermosa, grandota, que nunca largó el acento aunque haya llegado a la casa de mi abuela en Uruguay apenas siendo adolescente. Vista de atrás pensarías que estás viendo a la mujer sin torso de los dibujitos Tom & Jerry.
Ofe, que siempre tenía olor a mate y estaba gritando alguna historia entre charrúa y portugués, preparaba comida como una ceremonia. Un rito. Con amor, dedicación y esmero. Buscando los productos de estación en los mercados, inventando, nunca siguiendo una receta y siempre llegando al mismo resultado, si no mejor cada vez. Cuando el plato estaba listo, al grito de guerra de: «´Stá la cumidaa», todos sabíamos que era hora de algo especial.
Recién mientras limpiaba la Palomita que pienso hacer al horno con una tortilla de acelga y morrones me vino ella a la cabeza, que se fue hace muy poquitos días y que no dejó hijos que la lloren. Pero quedamos nosotros Ofe. Yo no te lloro igual. Para mi siempre vas a ser esa monumental mujer que para todos mis cumpleaños, sin falta, me traía una caja de garotos -que no eran baratos- pero para vos los ritos eran sagrados. Para mi vas a ser siempre la Ofe que nos gritó a mi hermano y a mi que sacaramos a ese «perro de mierda» apenas un cachorrito que rescatamos de la calle cuando eramos dos nenes y que, después, te encontrábamos dando comida casera por los rincones, hasta que lo adoptaste y bautizaste «La Wandi». Para mi Ofe va a ser siempre un espíritu presente en la cocina diciendo «¡Ay, chiquilinus!»
Hoy esta cocina se viste de ceremonia por vos, para preparar un plato que te hubiera encantado: simple, barato y familiar. Gracias Ofe por tanto. Acá siempre te voy a recordar con una sonrisa. Y vos, que tenés a tu «Ofe» en la cocina, andá a darle un abrazo y un beso porque esa mujer -a veces invisible, a veces imposible de ignorar- que te está mimando con sus platos lo hace con amor, porque te quiere. Give it back.
Tortilla de acelga y Palomita al Horno en foto receta:
Empezá por picar verdeo y morrón a gusto, saltealo en una sartén un con un poquito de oliva. Lavá y cortá un atado de acelga grande en juliana (solo las hojas). Retirá los morrones y en la misma sartén cociná la acelga hasta que esté blanda. En un bowl mezclar 3-4 huevos depende del tamaño, la acelga y la mezcla de morrones y verdeo. Condimentá con sal, pimienta, oregano y romero fresco. Colocá todo en la misma sartén que venías usando hasta que se forme un piso de la tortilla, Cuando lo tenga, ponele un plato por encima, dala vuelta y cocinala apenas del otro lado.
Para la palomita, empezá por limpiar toda la grasa del pedazo de carne que elegiste. Una vez limpia ponela sobre un papel aluminio y condimentá con lo que mas te gusta. Yo le puse sal gruesa, pimienta, un chorro de aceite de oliva, romero, pimentón ahumado y granos de mostaza. Enrollá la carne dentro del papel de aluminio como si fuera un caramelo y llevá a un horno medio de 45 minutos a una hora depende de que tan jugosa te guste la carne. Cortá y serví con la tortilla.
¡Para vos Ofe!
¡Hasta la próxima!