Por estos días se me dio por pensar en el «hogar» después que una de las consignas de mis clases de YBB Argentina fuera «buscar aquel lugar o momento del día donde encontramos nuestro hogar». En el abrazo de tu vieja, en tu perro que te recibe moviendo la cola, o tu bebé que te tira los brazos…ahí es fácil encontrarlo. El tema es buscarlo y sentirlo en las pequeñas cosas, en la minucia, en lo insignificante; en eso que por tan chiquito a veces parece invisible pero, cuando lo dejas entrar, ves que ahí está el universo entero.
Hoy -un poco porque el pronóstico del tiempo da lluvia para los próximos cinco días, y un poco porque tenía un montón de mandarinas- la cocina me volvió a llamar para hacer un bizcochuelo de mandarina en licuadora que es además de rico y abrazador, facilísimo. Mientras terminaba de ordenar y limpiar las pocas cosas que necesitás para esta torta empezó a salir ese olorcito caliente del horno que te envuelve y te transporta a la casa de tu abuela, a tu infancia, a un lugar feliz. Ahí me acordé del hogar. Me acordé de todos los hogares que tuve -que no fueron casas- fueron momentos, sensaciones, amigos, anécdotas. Y me di cuenta que el hogar es un estado mental que llevamos siempre con nosotros, un lugar donde estamos seguros y donde podemos simplemente ser. Y cuando te das cuenta que llevas tu hogar a cuestas como el caracol, dificilmente te vuelvas a sentir solo. El hogar es donde nunca, aunque estemos solos, estamos en soledad. Sí, todo eso y más solo por el olorcito, ¡imaginate después comerlo!
Acá les dejo la receta de este bizcochuelo para que pasen la tarde, para que pasen la lluvia y para que siempre puedan volver al hogar.
Ingredientes: 3 mandarinas, 2 huevos,2 tazas de harina, 1 taza de azúcar, 2 cucharaditas de polvo para hornear, 1/2 taza de aceite vegetal, una pizca de sal.
Preparación: Empezá por lavar bien las mandarinas porque vas a usar hasta la cáscara. Cortalas en pedazos y retirá bien las semillas para que no le de un gusto amargo. Licuá bien. Agregá el aceite, los huevos y el azúcar y volvé a licuar.
En un bowl tamizá la harina y el polvo para hornear, agregá la preparación anterior y mezclá bien para que no queden grumos.
Enmantecá y enhariná un molde y agregá la preparación. Cociná en horno a 180 grados por 35 minutos, o hasta que introduzcas un cuchillo y salga limpio. Espolvoreá con azúcar impalpable.
Mi hogar en forma de bizcochuelo de mandarina
Pruebenlo y disfrutenlo con un rico té, solos o acompañados, con música o en silencio, en la paz de tu hogar ahí donde vos lo encuentres…y si lo seguís buscando, quien te dice que no lo encontrás por acá.
Que bueno Martina! Me diste una nueva idea. Yo lo preparaba sin cascara. Tengo mandarinas y limon . Cuando quieras te llevo.Besos.