Domingo de frío en Buenos Aires pero con un cielo azul extendido sobre la ciudad que hacía imposible quedarse en casa. Salimos a dar una vuelta con destino a Le Marché, la feria de cocina francesa que se llevó a cabo hoy en el Hipódromo de Palermo y que estaba prevista como cierre de Cuisine et Liberté, la semana gastronómica para celebrar los 225 años de la Revolución Francesa.
Fui emocionada con la idea de comer un bœuf bourguignon, un blanquette de veau y una soupe à l’oignon. Me quedé con la idea nomás. Como en la mayoría de las ferias la cantidad de gente agolpada frente al stand hacía casi una misión imposible llegar a ver siquiera que era lo que vendían. Sumale vacaciones de invierno y cantá Bingo.
A pesar de la multitud, sí alcancé a saludar a Jean Paul Bondoux, que como opción -entre otras- tenía un baguetín con conejo (para que se sigan horrorizando como en aquel episodio de Master Chef). Además, probamos unos ricos quesos de cabra. Macarons, tarte aux pommes, baguettes con brie, pan y quesos, mucho más no había. Igual valía como programa -brevísimo- dominguero.
Le Marché, sabores de Francia en Buenos Aires
Y aunque muy bien no me cae, en esta le tengo que dar la derecha a María Antonieta cuando dijo: «A falta de pan, buenas son las tortas». Decididos a no dejar de probar algún plato francés enfilamos para Confitería Malvón, en Lafinur casi llegando al Pasaje Tupiza, en Palermo. Esta confitería de estilo tradicional tiene un menú super completo, bien de precio, y con una excelente oferta de platos para el brunch, todos acompañados con cornbread (un muffin de maíz), fruta al amaretto y bebida.
Brunch en Confitería Malvón, la sorpresa: manteca de frutilla con la canasta de pan. Strangely amazing.
Me saqué las ganas de recordar -no sin nostalgia- los días en París comiendo un Croque Monsieur, mientras Brad se comía un platazo de Popover Torino, con albóndigas, panceta, queso, huevos y rúcula. Livianito. Para tomar, limonada; en Malvón, siempre.
Croque Monsieur y Popover Torino en Confitería Malvón
Otro gran domingo de invierno que se va en la ciudad pero que dejó una promesa: pasar a probar todo el menú de brunch de Malvón antes que termine el frío. Qué lindo sería si todas las promesas fueran tan fáciles de cumplir.
¡Au revoir!